sábado, 29 de diciembre de 2012

Cliché de fin de año

No puedo evitarlo. Todos los años termino haciendo lo mismo. Se que es un cliché, pero hago balance de fin de año y me encanta.
Pienso en todo lo bueno que me pasó, en cómo llegó eso, si perduró, si se esfumó. En cómo hacer que lo bueno pase a excelente y que lo malo a experiencia.
Dejar de ahogarse en vasos de agua, la vida es mucho más simple de lo que uno la vuelve. Y demasiado corta como para pensar de más.

Quiero en el nuevo año,
Reír mucho
Usar la bici fija
Llenar siempre las cubeteras
Querer y ser querida
Trabajar con pasión
Jugar con mis perros
Tomar mate con facturas
Correr por las nubes... Perdón, desvarié.

Vuelvo a la hipotesis que la vida es mucho más simple de lo que uno la vuelve, y así quiero que sea mi nuevo año. Simple y Feliz. 

Dedico esto especialmente a mi hermana, brindo con vos desde la distancia, te abrazo en mi mente y chocan nuestras copas. Sos uno de los ejemplos que las cosas tienen que resbalar y que solo tiene que pegotearse lo divertido y bueno. Gracias manita, te quiero!

martes, 11 de diciembre de 2012

Fiesta de egresados


Después de siete años de haber terminado el colegio me tocó fotografiar fiestas de egresados. Intentemos no ahondar en el tema de cuánto pasó desde que nos disfrazamos con mis compañeras, y mucho menos el viaje. Pero hoy más que nunca me sentí anciana.
No se en qué punto cambiaron las cosas tan abismalmente. Nosotras nos creíamos osadas por un leve escote o por usar una pollera corta. Ahora las chicas simplemente van en ropa interior y los chicos con las camisas abiertas y las cejas depiladas.
La "onda", evidentemente, es poner caras de subnormales en las fotos. Es como si se dijeran a si mismos, chicos chicos, foto! Cambiemos todos nuestras caras e intentemos hacer puchero al mismo tiempo que levantamos una ceja, que fruncimos la nariz, hacemos el signo de la paz horizontalmente y doblamos el tronco un poco hacia adelante. Seguro así salimos re lindos!
No, no y no. El filtro de fotos se vuelve casi imposible. Si verdaderamente quisiera hacer una selección "potable", de 600 fotos me quedan 5.
Les cuento un poco lo que fue mi experiencia. En la primera a la que fui me sentí en el tren fantasma, en la segunda en un video de las culisueltas. Piñas, risas, pogos, besos, hormonas unidas con alcohol en una noche que aparentemente esta todo permitido. Fusión bastante letal cuando uno lo ve desde afuera y completamente sobrio. Pero por otro lado la fotógrafa no se puede poner en pedo para evitar ver la realidad, se imaginan el papelón?
Y last, but not least, los amigos de las egresadas. Pibes entre 25 y 30 años, eternos pendejos que se hacen los bananas pidiéndote fotos con ellos, sacándote a bailar o posando como "modelos". Otro cartel de Next para estos eternos adolescentes, que aunque hayan pasado muchos años, son mas adolescentes que los egresados.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Operación adminículo


Tenemos una amiga particular. La reina del grupo, o al menos ella cree serlo. Hace años sueña con algo extraño a lo que vamos a llamar "adminículo". Cada cumpleaños pide le regalemos eso, y así el tiempo va pasando y nunca se lo compramos. Pero este año nos pusimos de acuerdo con uno de los chicos (Fede) y decidimos dejar de postergar la adquisición de este dispositivo. Es hora de hacer a nuestra Reina feliz, por mas bizarro que sea.
             Él se encarga de las averiguaciones, logística, ubicación en mapa, costos y yo… nada, simplemente me río de la rareza de esta búsqueda. Finalmente coordinamos todo lo necesario para efectuar "la operación adminículo". Día: sábado. Horario: 16 hs. Lugar: Paternal.
             Nos encontramos en mi casa y de ahí nos tomamos un bondi. Durante el viaje empiezan a nacer millones de conjeturas de lo que nos podemos llegar a encontrar al momento de retirar este elemento en cuestión. Cómo será el vendedor, tipo el de los comics de los Simpsons? Qué onda el lugar? Algún antro de perdición oscuro y lleno de pinches? Entre otras cosas, no…

Cuestión que nos bajamos y empiezo a preocuparme un poquito.- “Ehh, Fede, es seguro esto? Me da miedo. Imaginate que nos raptan, acá no nos encuentra nadie!” Él se ríe, con una risa muy graciosa que lo caracteriza, pero estoy casi segura que en el fondo también tiene miedo. Y hasta, tal vez, más que yo. En fin, después de una larga caminata llegamos a una casa, reja de por medio, y una ventana con puertita. Tocamos timbre y durante la espera seguimos imaginando las posibles caras del vendedor.

Ahora les quiero generar un poco misterio… (redoblantes ♪).. tienen miedo?



Bueno, lentamente se abre la ventanita, pero no se asoma ni el de los simpsons, ni un tipo con tachas, ni marilyn manson… aparece una señora. Chau misterio chicos. Chau película de acción. Chau. Una señora, sí, casi abuela podría decir. Nos da la bolsa, corroboramos el adminículo sea el correcto, se cierra la ventana. Chau historia. Nos habíamos imaginado algo muchisimo más divertido.

Y colorín colorado, la Reina recibió su regalo y ahora es muy feliz, pero eso ya es otra historia.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Hormonas al viento


Cantar “La novicia rebelde” en la ducha me hace sentir vieja. Pero es que son tan lindas las canciones que no puedo evitarlo.

Aviso son anticipación que hoy puedo llegar a delirar un poco más que otros días. Producto de la fiebre o de haber comido solo galletitas de agua en lo que va del día. Galletita. Galletita es una palabra que me cuesta decir rápido en una oración. Prueben decir: “comí solo galletitas todo el día” Y? Pudieron pronunciarlo bien? No se… a mi, a veces, se me complica, no se.

Como son las hormonas, no? Atacan. Atacan cual depredadores. Cambian los estados de ánimo en un santiamén. Disponen como se les antoja. A parte, doña hormona, a usted quién le dio permiso para hacerme reír o llorar o enojarme o querer matar?

No sirvo para estar enferma. No puedo tomarme una sopita de calabaza. Quiero una milanesa, con papasfritas y un alfajor triple. Me pone triste ver el mismo paquete de traviata desde que dejé mi cama a las seis de la tarde. Si.. a las seis de la tarde recién vi la luz.

El estar encerrada todo el día produce estas cosas. Sepan disculpar las molestias ocasionadas. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

Tren


Cuantas veces pasa que uno llega a la estación del tren y justo se esta yendo. Situación que puede volverse metáfora para la vida. Para momentos que uno deja pasar.

Muchas veces nos damos cuenta tarde, o muy temprano. No vemos, o vemos mucho. Estamos sordos o escuchamos de más. Aconsejamos mal o nos mal aconsejan. Hacemos bien, nos hacen mal; hacemos mal, nos hacen bien.

Pero uno no deja pasar momentos porque sí, no dejar ir al tren si verdaderamente tiene ganas de viajar en él. No pierde, gana el esperar cautelosamente. Gana el momento justo de subirse.

Hoy es el momento. Entonces corro, corro con toda la fuerza que tengo para llegar. El tren cada vez va más rápido, pero doy pasos más largos y firmes. Me agarro de la baranda, pie en el estribo y me subo. Me siento al lado de la ventana, me pongos los auriculares y suena Peperina. Sí, definitivamente va a ser un buen viaje.  

viernes, 31 de agosto de 2012

Todos los géneros, mi género

Esto salió del taller literario de Infokus...

Cada uno elige el color


“Cada persona es un mundo” me dijeron una vez. Hoy esa frase me retumba más que antes. Porque descubrí lo fantástico que es encontrar siempre el lado positivo de cada situación cotidiana. Esa especie de "don" o cualidad con la que se nace, que puede ser desarrollada con los años.
Algunas veces quiero saber por qué aparecen momentos malos, no planificados, no gratos. Y ahora, más puntualmente, me pregunto: ¿Por qué, si era una ilusión, no celebrar la catástrofe que destruyó la ilusión y puso la verdad en su lugar? Sin embargo hay momentos que pierdo esos ejes optimistas y me envuelvo en un espacio gris. Espacio que considero inhabitable pero a la vez indispensable.
Esta lucha  ambigua entre querer sonreír todo el tiempo y querer llorar ríos culmina cuando, de golpe, me doy cuenta que dejé de ser yo. Perdí esos colores que me caracterizaban dejando oculto ese "don".  Me doy una trompada con la realidad y descubro que si estoy gris es porque tuve mucho color. Es porque viví, elegí, reí.  
Comparo entonces el gris con la catástrofe, la ilusión con el color y así celebro lo gris, porque es una cicatriz, una huella en el recuerdo, una verdad que sale a la luz aún habiendo roto una ilusión. Y le vuelvo a dar el lugar al "llenarme de color". 
¿Pero mientras esperamos? Mientras buscamos construir una nueva ilusión ¿qué pasa? Puedo creer que la catástrofe es el fin o puedo verla como el motor de un gran avance. Hay días y momentos en los que esas verdades se vuelven mágicas y ayudan a recrear ilusiones y motivaciones.
Verdades que quedan en eso, que no se convierten en catástrofes. Persisten en el tiempo y en el espacio. Como si tuviera un “titanes en el ring” perpetuo. Una lucha constante ¿Quién gana?, ¿La verdad, la ilusión, la catástrofe?, ¿Ganan todas? Gana una, gano yo.
Entonces me pregunto ¿Cuál es nuestro papel en este asunto? En este asunto de ilusionar  o ilusionarse, de ver verdades o mostrarlas, de vivir catástrofes o llorarlas.


Yo me resisto a perder la ilusión, la fantasía, la imaginación. Si puedo conservar esa niña interior y no caer en la calle de los ahorcados entonces no tendré que acatar la orden de un “adulto” insensato.
Paso de ser tibia y cautelosa a fría y efusiva, de asirme a la seguridad como temerle a todo. Pero no contemplo la idea de acomodarme en la costumbre de usar reloj y placidez. Opto por vivir una aventura a cuerda, haciendo uso de la palabra pálida y mortal capaz de transmitir ideales y sentimientos y ojos con límites a lo infinito. Poder ver más allá de las verdades no verdaderas.
Yo me resisto a perder la ilusión, la fantasía, la imaginación. No voy a caer entre las muchas teclas del fracaso ni voy a cumplir la ley de cansarme de buscar lo añorado. No voy a pensar en la posibilidad de resignarme, de sentarme en lo fofo del mundo aparentemente gris y oscuro que intentan imponerme.
Yo me resisto a sentirme acosada por silbatos atroces, ruidos ensordecedores de la ciudad que quieren llevarte a la fatalidad ¿Hay posibilidad de encerrarme y perder la llave? ¿O de arrojarme al pozo cuando algo va mal? Definitivamente no. Porque con toda la médula levanto, llevo, soy el miedo enorme y avanzo. Porque se puede ser feliz sin causa; porque se puede ir bailando por la vida cantando entre los ausentes.

Hoy pienso en todos los cambios que fui viviendo. Armo una especie de “check list”, agarro un lápiz y empiezo a tildar los momentos pasados. Momentos que se llevan consigo: estados de ánimos, felicidades, lágrimas, personas, compañeros. Puntos claves en el crecimiento como persona.
Me remonto a unos cuantos años atrás. Termino el colegio y empiezo a trabajar. Me independizo y crezco de golpe. Entro al mundo adulto y aprendo a usar una tarjeta de débito. Viaje en tren, temprano, atiborrado de gente. Gente en la misma situación de crecimiento y cambio.
Junto con el primer trabajo empiezo a estudiar. Segundo ítem a tildar dentro de la vida adulta. Me recibo, creo una propia marca de diseño independiente, me mudo sola, tilde, tilde, tilde, y tilde.
“Algo me falta, algo me falta” esa sensación tiene fin cuando me voy a España a vivir con mi hermana. Nueve meses colmados de tildes y profesión a flor de piel.
Un pasado repleto de tildes buenas y tildes malas que logran que aprecie aún más las buenas. Si hoy me planteo que cambios quisiera seguir viviendo, tendría que responder “todos”, porque todos los cambios llevan consigo aprendizajes.
Sigo estudiando, sigo creciendo como persona, como profesional, como compañera, como amiga, como pareja. Crezco, cambio y tildo. Tilde, tilde, y tilde. Siempre tildando.

Yo elijo el multicolor.

jueves, 30 de agosto de 2012

Ana va al gimnasio!


Sentarse a escribir después de meses de inutilizar el teclado es un poco complicado. Hay que limpiar las telas de arañas entre los dedos, ponerse los anteojos, matecito y listo… Empezamos de nuevo…

Hoy una historia particular.

Ana, 20 años.
No realiza ninguna actividad física. Trabaja de 9 a 18 en una multinacional y va a la facultad de 18:30 a 22hs.

Un día, como cualquier otro, le dejan en el escritorio un pase gratis para probar las clases del gimnasio ubicado en el 3er subsuelo del mismo edificio donde trabaja. Sus compañeras, saltando de la alegría por el sello rojo de “gratis” en una tarjetita, le dicen de ir a probar en la hora del almuerzo. Ana acepta.
Al día siguiente lleva todo su kit (?), bue.. si se puede decir “kit” a unas zapatillas prestadas un par de talles más grandes, un joggin gris de la época del cole y una remera de Rio de Janeiro del ‘96, de la madre. Ella un zaparrastro y en contraposición, una pelirroja di-vi-na, maquillada, con flequillo y remera gris manga corta (todos sabemos que hay determinados colores prohibidos durante la actividad física, colores delatores digamos)
Empieza la clase, uno-dos uno-dos, Ana siente que muere, uno-dos uno-dos, Ana no va a ser menos que la de gris, uno-dos uno-dos, Ana hace la clase entera al ritmo de la profe.
La clase termina y pasan a los vestuarios, o infierno, como prefieran llamarlo. Por qué infierno? Porque las mujeres mayores no tienen sentido del pudor y creen que una tiene ganas de verlas caminar con sus carnes al viento o verlas untarse crema de melocotón sobre sus piernas de abuelas. Honestamente señoras… intenten evitarlo, es un espectáculo no grato. La de gris inmutada, obviamente, no solo no transpiró, sino que su maquillaje estaba intacto, increíble, al día de hoy Ana lo cuenta y se indigna.
El día pasa, ella vuelve a sus actividades laborales, va a la facultad, se compra una manzana en el camino. Claro, ahora ella es deportista y toma gatorade con yogurt diet con cereales. El problemita es al día siguiente cuando quiere bajar las escaleras de su casa y sus músculos no quieren responder. Agonía, dolor agudo, todo por ese orgullo asqueroso de querer hacer la clase igual que la profe pero con el estado físico de un ñoqui.

Increíblemente el tiempo fue pasando y por primera vez en su vida Ana siguió yendo tres veces por semana. Siempre a la hora del almuerzo. Siempre con las zapatillas grandes. A veces cambiaba el jogging gris por alguna calza negra, pero siempre con remeras noventosas de la madre.

martes, 1 de mayo de 2012

Primeros días en otro país…


Hace poco más de un año Camila viajó a España, más precisamente Alicante.
Muchas cosas le pasaron y muchas historias hay para contar al respecto. Pero hoy voy a profundizar su primera entrevista de trabajo.

Buscando por Internet se postula para un laburo que parecía interesante. Administrativa para una ONG, part time, sin mucho esfuerzo. Digamos que para salir del paso era ideal.

Camila llega a la entrevista, mucha gente, gente rara. Le hacen llenar unos formularios extraños y con preguntas no muy frecuentes en ese tipo de instancia laboral. Completa los papeles y los entrega. Le dicen que aguarde a ser llamada a una charla con uno de los coordinadores.
Llaman a dos personas y también nombran a Camila. Entra en una oficinita y empieza el cuestionario típico de toda entrevista… “un defecto: soy muy responsable, una virtud: definitivamente la proactividad... y bla bla bla” Todos sabemos cómo sigue este temita. Pero en conclusión Camila se fue de este sucucho sin saber absolutamente nada de lo que consistía el trabajo; y citada al día siguiente por la mañana para pasar una jornada laboral con los “senior” y ver de qué trataba.

Muy contenta llega al otro día y se encuentra con una muchedumbre gritona en la puerta del edificio (los españoles tienen decibeles muy altos). Aparece el coordinador, asigna grupitos de “nuevos” con “seniors” y los divide en distintos autos. Camila no entendía nada (osea literamente no entendía cuando le hablaban.. el español podrá ser el mismo idioma, pero al principio no cazaba ni una) no entendía por qué la habían metido en un auto con un chico con exceso de gel en la cabeza, la cejas depiladas y unos anteojos de sol horrendos. Y mucho menos entendía por qué este intento de hombre agarraba la autopista…

A  unos millones de kilómetros por hora y con la música al palo empieza la agonía… después de media hora de viaje paran en una estación de servicio a comer algo. Por supuesto Camila no hablaba con nadie, no les entendía! No tenía plata para comprar comida así que se limitó a sentarse y esforzarse por interpretar algo de lo que hablaban. El colmo fue cuando una de las chicas eructó tan pero tan fuerte que creo provocó un terremoto en Brasil. Fue en ese momento cuando empezó a preguntarse dónde carajo estaba…

Emprendieron nuevamente el viaje hasta llegar a un pueblo llamado Villena, a casi dos horas de Alicante. Al bajar del auto le entregan una pechera naranja horrible con la inscripción “save the children” o algo así y  le explican en lo que consistía el trabajo. Iban a tener que ir tocando timbres en los edificios para juntar personas que quisieran colaborar con la ONG donando dinero. No parece grave, no?

Cinco horas tocando timbres, subiendo escaleras de edificios y golpeando cada una de las puertas. Cuarenta grados de calor (era pleno verano). Cinco manzanas enteras recorrió el grupo de Camila.. cinco.. un edificio al lado del otro, un mínimo de seis pisos y cuatro departamentos por piso.. Hagan sus propios cálculos…
Todo eso, para obtener MENOS UNA firma…

Paran a comer algo y Camila llama a su hermana… indignadísima ésta le dice que esta super lejos de su casa y que se volviera inmediatamente, que los mandara a cagar a todos y que se fuera. Que no podía ser le estuvieran haciendo eso! Camila no podía estar más desorientada,  no tenía ni la más mínima idea de cómo volver ni de cuan lejos estaba.
Una de las “nuevas” se sentía mal y también quería volverse. Ambas informan sobre su abandono a los coordinadores, por alguna extraña razón no se sorprendieron (?) Empiezan a caminar hasta que encuentran un colectivo que las dejaba en la estación de trenes. Después de una hora de llegan a Alicante…

Moraleja… manténganse alejados de las pecheras naranjas. 

miércoles, 7 de marzo de 2012

a la cancha!

Hoy Julia me llamó y me dijo: Amiga, quiero volver a salir a la cancha. No quiero ser mas aguatera, suplente ni tarada.
Hoy Julia se pone  la camiseta con el 9 atrás dispuesta a gambetear hasta explotar de alegría!

Voy a contarles, sin el permiso previo de la susodicha, algunas de sus novelas mejicanas.

Julia pasó muchas historias amorosas en mayor o menor escala, pero todas importantes y útiles.

Todo comenzó con un muchacho bizarro, flacucho y muy blanco. Ella estaba, obviamente, enamoradísima. Él era el amor de su vida (esta frase creo voy a repetirla en todas las historias) Ella adolescente, el adolescente... Amor de verano. Primer beso y primeras mariposas en el estómago. Algunos meses de felicidad, risas jóvenes y pícaras pasaron y fin. No estaban en la misma sintonía.
Calificación: 7

Tiempo después aparecieron en su vida amores importados, con ricos perfumes y cantos al hablar. Intercambios de culturas y de risas y más cosquillas en la panza. Obvio repito lo que ella me decía: ''es el amor de mi vida, es todo distinto con él''
Como pasa con el País, también Julia cerró la importación.
Calificación: 8,50.

Siguió un amor no concretado, alto, rubio y con pasión por el ajedrez. Músico, agradable, compañero. Él se avivó tarde y perdió el tren.
Calificación: 6 (podría haber sido mucho más)

Julia pasó por todas estas historias hasta darse cuenta que copaba de uno de sus mejores amigos. Él también copaba de ella, pero vivieron siempre a destiempos. Él de novio, ella enceguecida; el soltero, ella en otro país. Ambos en la misma ciudad, tiempos no compatibles. Julia lo quiere mucho, y él también a ella. Hoy pueden juntarse a tomar mate y seguir siendo los mismos amigos de siempre.
Calificación: 8

Hace un tiempo, no recuerdo ya cuanto, nos juntamos a parlotear como desquiciadas y me comentó de otro muchacho con el que estaba, un saliente o un pibe que le arrastraba el ala. Con este ''si que era distinto''. Se reían, divertían, mucha música y más mariposas.
Las cosas iban, hasta que dejaron de ir. Otro capítulo que se cerró en su libro, dejando un sabor agridulce. Con mezcla de felicidad y de tristeza. Con lecciones aprendidas y el corazón con curitas.
Calificación: no especificada.

martes, 6 de marzo de 2012

sucesos desafortunados

Vieron esa gente que es desafortunada? Bueno, multipliquen esa idea al cuadrado y después sumenle un infinito punto rojo. Ni así nos acercaríamos a la gravedad del ''Caso Hilda''

Hilda es de las personas que camina por la calle y engancha SIEMPRE una baldoza floja, aún sin lluvia. Es la que la pisa con tanta fuerza que llega a mancharse hasta la remera, blanca y nueva, con barro de la estación de Retiro. Un barro denso, sustancia irreconocible, incomparable con cualquier otro líquido negro.

Ese tipo de mujer a la que le toca trabajar el único día en que nieva en la ciudad de Buenos Aires y tiene que volverse a su casa en un vagón sin ventanas y terminar con la cara llena de escarcha.

A la que tres veces seguidas le roban de la misma idiota manera: abriendo el cierre de la mochila. Claramente, Hilda va cantando, danzando y pisando baldozas flojas, cómo se va a percatar?

Hilda es de las que intenta depilarse, SOLA, las axilas con cera y como le da miedo el tirón se le enfría y después termina cortando las sobras de a poquito con tijera.

Hilda esta llena de moretones de tantos muebles que se lleva puestos y de tantas caídas libres al piso.
Hilda igual esta feliz con su ''desastrocidad'' y su torpeza, porque siempre  ríe cuando se cae, ríe y se vuelve a levantar...

lunes, 27 de febrero de 2012

sábado bizarro

Lola tenía 19 años recién cumplidos. Un día una compañera de laburo la invita a pasar el finde a su casa. Finde de chicas! Así que salen del trabajo, se toman todos los transportes públicos correspondientes y llegan a destino.

Claro, lo que Lola todavía no sabía era cómo iba a terminar esa noche de viernes.

Su amiga, vamos a llamarla Alfonsina, le dice que tiene que SI O SI, ir al cumple de su cuñadita, que hacía una mini fiesta en la casa... Y viste como son las cosas.. Tengo que hacerle la segunda a mi novio, tenemos que pasar música, tenemos que cuidar a 20 pubertos olorosos y llenos de hormonas porque si no destrozan la casa…. Lola acepta, obvio, no le quedaba otra.

Llega, y todo marchaba relativamente ''normal'', no hace falta decir que había una vieja igual, igualita a la de Loco por Mary, si esa toda bronceada y arrugada. Y no hace falta describir el escenario poco apto para una fiesta de adolescentes.

La fiesta empieza, baile, alcohol, baile, alcohol.. Lola tiene sueño, Lola se quiere ir a la goma y no sabe ni en qué barrio está. Se acuesta en una camucha sucia al lado de los parlantes. Intenta dormir. Nada. Imposible.

Fin de la fiesta. Chau chicos, chau pubers... Alfonsina se acerca y le dice a su amiga que lo mejor era se quedaran a dormir ahí. Que le dejara esa camita a ella y a su novio, y que fuera al cuarto de los padres.

Parece raro? Esto recién empieza...
Quién dormía también en esa cama?? La abuela.. La abuela olor a naftalina, la abuela desconocida por Lola... La abuela, punto. Peeeero claaaro, sumemos: una radio prendida abajo de la almohada de la mujer del pami, un perro a los pies de la cama y una cama, una cama... Mejor no entrar en detalles.

El infierno de Lola no cesaba, al alba la señora mayor la despierta, tenía que hacer la cama (?) ''Tranquila querida, podés pasarte al sillón (sillón de un cuerpo, diminuuuuto) y tomá, tapate con esta camperita''

Lola se cambia de aposento, se duerme.. Alfonsina viene a despertarla, Lola le dice que se quiere ir. La acompaña a la parada..
-''Chau Alfonsina, nos vemos el lunes''
-''Chau Lolitaaa, muchas gracias! Espero te hayas divertido!''
Lola piensa... -La con de tu hermana... Divertirme?? DI VER TIR ME!?! Acabo de dormir con una vieja, una radio, un perro, edor y vos me hablás de diversion!?- ''
-''De nada Alfon!! Fue un programón!''

domingo, 26 de febrero de 2012

verborragia dominguera


Creo que tengo que escribir un blog…
Creo que tengo que escuchar un… “a mi me pasó lo mismo
Creo que es un método catártico… sí, una terapia digamos

Quisiera saber por qué siempre me corto el flequillo un domingo a la tarde? Cuando, obviamente, no tengo ninguna peluquería de barrio abierta para arreglar el tijeretazo que me di queriéndome hacer la guachi guau “esteticien

Quisiera saber.. tantas, pero taaantas cosas… Creo un anotador en la cartera es la mejor solución cuando surgen interrogantes claves a ser respondidos -aunque debo admitir el teléfono con Internet ayudó a sacar títulos de películas o canciones que SIEMPRE están en la punta de la lengua pero NADIE se acuerda; horas interminables de debates en reuniones TER-MI-NA-DAS gracias a un pequeño dispositivo móvil-

Quisiera saber,también, por qué la verborragia y el auge de mi ciclotimia brota los domingos. Pero, brotaa cual erupción volcánica eh, brota heavy, no es chiste..

A ver, estoy creando una seudo hipótesis. Si sumo verborragia, ciclotimia,  domingos, escribir, blog, palabras, burbujas de papel (omitamos cortes de flequillos) … me da un total deee… más por menos, más… Servirá?

Creo que tengo que escribir un blog…
Creo que tengo que escuchar un… “a mi me pasó lo mismo”
Creo que es un método catártico… si, una terapia digamos