miércoles, 7 de marzo de 2012

a la cancha!

Hoy Julia me llamó y me dijo: Amiga, quiero volver a salir a la cancha. No quiero ser mas aguatera, suplente ni tarada.
Hoy Julia se pone  la camiseta con el 9 atrás dispuesta a gambetear hasta explotar de alegría!

Voy a contarles, sin el permiso previo de la susodicha, algunas de sus novelas mejicanas.

Julia pasó muchas historias amorosas en mayor o menor escala, pero todas importantes y útiles.

Todo comenzó con un muchacho bizarro, flacucho y muy blanco. Ella estaba, obviamente, enamoradísima. Él era el amor de su vida (esta frase creo voy a repetirla en todas las historias) Ella adolescente, el adolescente... Amor de verano. Primer beso y primeras mariposas en el estómago. Algunos meses de felicidad, risas jóvenes y pícaras pasaron y fin. No estaban en la misma sintonía.
Calificación: 7

Tiempo después aparecieron en su vida amores importados, con ricos perfumes y cantos al hablar. Intercambios de culturas y de risas y más cosquillas en la panza. Obvio repito lo que ella me decía: ''es el amor de mi vida, es todo distinto con él''
Como pasa con el País, también Julia cerró la importación.
Calificación: 8,50.

Siguió un amor no concretado, alto, rubio y con pasión por el ajedrez. Músico, agradable, compañero. Él se avivó tarde y perdió el tren.
Calificación: 6 (podría haber sido mucho más)

Julia pasó por todas estas historias hasta darse cuenta que copaba de uno de sus mejores amigos. Él también copaba de ella, pero vivieron siempre a destiempos. Él de novio, ella enceguecida; el soltero, ella en otro país. Ambos en la misma ciudad, tiempos no compatibles. Julia lo quiere mucho, y él también a ella. Hoy pueden juntarse a tomar mate y seguir siendo los mismos amigos de siempre.
Calificación: 8

Hace un tiempo, no recuerdo ya cuanto, nos juntamos a parlotear como desquiciadas y me comentó de otro muchacho con el que estaba, un saliente o un pibe que le arrastraba el ala. Con este ''si que era distinto''. Se reían, divertían, mucha música y más mariposas.
Las cosas iban, hasta que dejaron de ir. Otro capítulo que se cerró en su libro, dejando un sabor agridulce. Con mezcla de felicidad y de tristeza. Con lecciones aprendidas y el corazón con curitas.
Calificación: no especificada.

martes, 6 de marzo de 2012

sucesos desafortunados

Vieron esa gente que es desafortunada? Bueno, multipliquen esa idea al cuadrado y después sumenle un infinito punto rojo. Ni así nos acercaríamos a la gravedad del ''Caso Hilda''

Hilda es de las personas que camina por la calle y engancha SIEMPRE una baldoza floja, aún sin lluvia. Es la que la pisa con tanta fuerza que llega a mancharse hasta la remera, blanca y nueva, con barro de la estación de Retiro. Un barro denso, sustancia irreconocible, incomparable con cualquier otro líquido negro.

Ese tipo de mujer a la que le toca trabajar el único día en que nieva en la ciudad de Buenos Aires y tiene que volverse a su casa en un vagón sin ventanas y terminar con la cara llena de escarcha.

A la que tres veces seguidas le roban de la misma idiota manera: abriendo el cierre de la mochila. Claramente, Hilda va cantando, danzando y pisando baldozas flojas, cómo se va a percatar?

Hilda es de las que intenta depilarse, SOLA, las axilas con cera y como le da miedo el tirón se le enfría y después termina cortando las sobras de a poquito con tijera.

Hilda esta llena de moretones de tantos muebles que se lleva puestos y de tantas caídas libres al piso.
Hilda igual esta feliz con su ''desastrocidad'' y su torpeza, porque siempre  ríe cuando se cae, ríe y se vuelve a levantar...