martes, 14 de mayo de 2013

Inercia


Hay días en los que me siento como si viviera por inercia, como si un titiritero con bigotes, estuviera divirtiéndose al compás de maderas e hilos. Como si desde algún lugar me  moviera a su gusto, me trasladara. Esos son los mismos días que catalogo como quemadores y, esos, generalmente son domingos.
Paso a explayarme,
Son días en los que, si pudiera, pagaría una bolsa de monedas de oro porque alguien me habilitara la capacidad de dejar de pensar. O me diera una gran goma de borrar para dejar a la mente en blanco, aunque sea unos minutos, en serio, solo unos minutos necesito.

Esos días me es imposible parar, un millón de fotos pasan por mis ojos como si fueran diapositivas. Situaciones inventadas que, obviamente, nunca van a pasar, historias que ya pasaron y quedaron como recuerdos, películas pochocleras que se entremezclan con la realidad y por momentos siento ser protagonista.
Esos días que me mato a canciones de las Spice Girls y Cristian Castro, las bailo, las canto y voy barriendo mi casa, toda a la misma vez.. Será que es necesario? Será que hace falta escuchar muchas canciones? O ver muchas películas? O hacer limpiezas profundas?
Esos días suelen rematase charlando con alguna amiga y terminan como un ensayo de Virginia Wolf con el feminismo a flor de piel. Diciendo que nunca más voy a hacer tal cosa, que ya está, que listo, que tal cual, que si amiga, tenés razón, que no me tengo que hacer mala sangre, que tengo acidez, que tantas cosas. Por favor!

De nuevo mi cabeza no para.. siento mis dedos ir a mil por segundo, tan rápido que tengo miedo se enreden entre si y venga un viento y queden así para siempre. Como cuando te ponías bizco de chiquito y tu vieja te decía esa misma frase. Ven lo que pasa? estoy intentando plasmar ciento cincuenta ideas que vengo pensando hace semanas, que hoy vine pensando en el tren, en el bondi, en la escalera de mi edificio, mientras calentaba el agua del mate, mientras cebaba ese mate, mientras lo tomaba, cuando me bañaba, cuando ponía la canción Están lloviendo estrellas.. Y ahora los estoy quemando a ustedes. Pero creo que también ustedes se queman, no?
No se cómo hacer en este momento para darle un recreo a mi mente… quiero que se vaya a un all inclusive al Caribe y que por unos minutos al menos no me rompa tanto las pelotas…
Alguien sabe cómo puedo hacer?

No se, tal vez que simplemente una cuestión de apretar el botón de off? tienen uno de sobra para regalarme?

martes, 12 de marzo de 2013

En teoría


En la teoría todo es fácil, pero creo que el pajarito se olvidó de contarnos qué hacer en la práctica.
Se olvidó de contarnos qué hacer cuando no sabés qué hacer. Qué decir, cuando te quedas sin palabras. Qué contestar, cuando no tenés respuestas. Qué comer, cuando se te cierra el estómago. Qué llorar, cuando no te quedan lágrimas.
El pajarito la pifió. No nos dijo qué difícil que podía llegar a ser. Que por más que uno deje todas sus fuerzas intentando alcanzar la cima, no siempre lo logra.
Creo que si hoy me encontrara con ese pajarito, le daría una piña en la cara, y seguramente, acto seguido un poco de agresión verbal… Pero al final, también le agradecería. Porque si me diera todas las respuestas, y me hiciera el camino más fácil seguramente no sería tan divertido transitarlo. No quedarían sabores agridulces ni perfumes cítricos, ni momentos de la vida musicalizados.
Es cuestión de aprender a guardar esos gustos, esos aromas y esa música. Recordarla cuando uno lo sienta necesario. Y que perdure la parte práctica que nos salió bien para poder repetirla, y que la que no haya salido del todo bien se convierta en teoría propia. En teoría aprendida. En teoría vuelta práctica. En teoría enseñanza.
Y, en teoría, todo saldría bien…

lunes, 4 de marzo de 2013

Ecuaciones


Cada día estoy más convencida que a la gente le gusta complicarse las cosas. Me pregunto qué habrá escondido en el cerebro que funciona como arma mortal auto destructiva. No lo se. Creo que nadie lo sabe. Pero si creo que depende de uno sacar ese arma de adentro y volverla útil. Volverla herramienta de mejora, de crecimiento, de coraje.
No es fácil encontrarle siempre la vuelta positiva a las cosas, pero encontrarle siempre las negativas es agotador. No importa cuán grande sea la ecuación polinómica, ni en cuántos términos haga falta dividirla. Siempre se llega al resultado, se descubre la incógnita.
Ahora si, si uno no quiere encontrar la “x” está frito.
Nunca me llevé bien con las matemáticas, pero de alguna manera siempre encuentro la respuesta. Porque creo que no hay que pensar de más. Hay que dejar las cosas fluir. Hay que ser feliz. Reír. Compartir. Querer.
Yo hoy estoy segura de lo que quiero encontrar, de cuál quiero que sea el resultado. Vos? 

La comunicación que descomunica


Ayer estaba hablando con una amiga y le dije: Ay! Me tengo que comprar una agendita para escribir todos los números de teléfono. Y mientras formulaba esa oración caí en cuenta que el aparato ya viene con esa función incluida. Entonces me quedé pensando, por qué no seguir usando la agenda? Por qué perder esa costumbre.


En qué momento cambiaron tanto las cosas? Es como si los avances ayudaran a acortar distancias, pero volvieron otras aún mayores. Y pensé, nuevamente, pensé mucho digamos. Estuve pensante. Por qué se perdieron tantos buenos hábitos?

Se acuerdan de las cartas y las postales?
Estando en España volví a escribir. Volví a la emoción de buscar papel carta y que se me cansara la mano de tanto para contar. Ir al correo, pegar las estampillas y esperar a que llegue a destino. Y ni hablar lo lindo de recibir la respuesta, y guardarla en un cofrecito de recuerdos. Una de las mejores fue de una tía postiza, Chanus. Me mandó una carta en un papel amarillento y en un sobre con los bordes celestes y blancos. Me dijo que suponía eran los sobres que había que usar si o si para mandar por avión y que lo había encontrado en su biblioteca, archivado entre discos y libros.

Ya no llamamos más por teléfono, reemplazamos la voz por texto a través de una pantalla. 

Ya nos enteramos de todo antes que nos lo cuenten. Conocemos gente sin conocerla. Saben la cantidad de veces que me pasó de ver a alguien que tengo en el facebook y decir… conozco a toda su familia, sus hobbies y hasta el nombre de sus mascotas… ahora sí, no tengo idea de dónde lo saqué

Ya no buscamos en libros, los debates se terminan más rápido. Todo se googlea, se wikipedeea.
Por mi parte voy a intentar jugar más al burato y a las cartas. Y no dejar que la tecnología reemplace abrazos.