Cuantas veces pasa que uno llega a la
estación del tren y justo se esta yendo. Situación que puede volverse metáfora
para la vida. Para momentos que uno deja pasar.
Muchas veces nos damos cuenta tarde, o muy
temprano. No vemos, o vemos mucho. Estamos sordos o escuchamos de más.
Aconsejamos mal o nos mal aconsejan. Hacemos bien, nos hacen mal; hacemos mal,
nos hacen bien.
Pero uno no deja pasar momentos porque sí,
no dejar ir al tren si verdaderamente tiene ganas de viajar en él. No pierde,
gana el esperar cautelosamente. Gana el momento justo de subirse.
Hoy es el momento. Entonces corro, corro
con toda la fuerza que tengo para llegar. El tren cada vez va más rápido, pero
doy pasos más largos y firmes. Me agarro de la baranda, pie en el estribo y me
subo. Me siento al lado de la ventana, me pongos los auriculares y suena
Peperina. Sí, definitivamente va a ser un buen viaje.
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